José Segrelles – segunda parte.
marzo 27, 2007
Apesadumbrado por la muerte de su hermano Vicente, que tanto
le quiso y tanto sacrificio hizo por él, José deja sus estudios y regresa a
Albaida.
Ya en 1904, Segrelles viaja a Barcelona con su tío Antonio
Albert.
El tío Albert fue la persona que más apoyó al joven
Segrelles, ya desde la infancia del artista Antonio Albert comprendió la enorme
valía de José Segrelles, y le apoyó en todo
desde sus estudios en San Carlos como en su viaje a
Barcelona.
En Barcelona José Segrelles ya con diecinueve años entra a
trabajar para la casa fotográfica Napoleón, de gran prestigio en Barcelona.
el propietario de “Napoleón” Don Emilio Fernández, no tarda
en darse cuenta del
gran talento de su empleado, y toma la decisión de ayudarle
en lo que se pueda, empezando por conseguir que ingrese en la escuela superior
de bellas artes de La Lonja
para que José pueda acabar sus estudios.
De esa manera Segrelles entra a estudiar en La Lonja desde
el año 1906 a 1910 en que finalizaría sus estudios. En Barcelona también contó
con profesores de gran valía, como Antonio Caba Casamitjana, Vicente Climent,
Modesto Urgell y otros.
Al término de sus estudios, Segrelles empieza rápidamente su
carrera como ilustrador,
pero curiosamente, los principios como ilustrador de
Segrelles se debieron a la casualidad: habiendo asistido a un combate de
“jiu-jitsu” junto a unos amigo con los que se encontraba Cesar Molina, hijo de
un importante editor barcelonés, al ver Cesar los apuntes que tomó Segrelles
del combate, pensó que sería buena idea enseñárselos a su padre, y así lo
hicieron, al ver el editor aquellos dibujos tan llenos de fuerza, expresividad
y movimiento, quedó muy impresionado y le pidió al artista que ilustrase un
libro sobre dicho Arte Marcial, y ese fue el primer trabajo que Segrelles
realizó como
ilustrador profesional.
A ese trabajo siguieron otros muchos, incluso dibujó “cómic”
como Montbars el pirata y Dick Navarro el terror de las praderas.
era tanto el fervor con que dibujaba Segrelles, que una vez,
cuando dibujaba a altas horas de la noche para cumplir con los plazos de
entrega, se durmió unos segundos plumilla en mano mientras seguía dibujando, y
se despertó gracias al ruido producido por el rasgueo de la plumilla sobre el
papel, viendo asombrado que había estado dibujando
fuera de la viñeta.
Ese mismo año 1910, expuso Segrelles por primera vez en
Barcelona, la exposición fue en las galerías Fayans, al tratarse de un artista
novato (por su juventud) se le concedió un espacio muy modesto, pero pese a
ello consiguió un gran éxito, tanto de público como de la prensa catalana.
Ya en 1912, vuelve a exponer en las galerías Fayans, pero
esta vez con mejores condiciones. Por aquel año el pintor de Albaida empezó a
trabajar como ilustrador para la editorial Araluce, donde ilustraría títulos
tales cómo Los Caballeros De La Tabla Redonda, Cuentos de Hoffman, Fausto, Goya
y un largo etcétera.
En 1918 la editorial Espasa Calpe le encarga la ilustración
de El Quijote, Segrelles realizó las ilustraciones tras leer minuciosamente la
cervantina novela.
Pero por extrañas circunstancias las ilustraciones de El
Quijote se extraviaron, y no fueron encontradas hasta el ¡¡año 1.955! dichas
ilustraciones se hallaban en los cajones de un mueble que estaba en unos
almacenes que tenía la editorial en Madrid.
Pero nunca es tarde cuando la dicha es buena, y se aprovechó
el hallazgo para conmemorar el 350 aniversario de la muerte de Cervantes.
Esté “Quijote” está considerado el mejor ilustrado de todos
los tiempos, y una obra maestra de Segrelles, pero francamente, yo creo que eso
se debe a que la desaparición
durante 37 años convirtieron a dicha obra en un mito, y
pienso que Segrelles a lo largo de su fértil vida realizó trabajos mejores e
incluso mucho mejores.
Kraustex.
MUSEO SEGRELLES:
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