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martes, febrero 18, 2025

WHD Koerner y los óleos Rembrandt




 William Henry Dethlef Koerner (1878-1938)


WHD Koerner fue uno de los ilustradores de revistas y libros más populares y prolíficos de principios del siglo XX.


Aunque pasó la mayor parte de su vida laboral en el Este, es más conocido como un fiel ilustrador de historias del Oeste americano.



Nacido en Lunden, Alemania, Koerner emigró a los Estados Unidos con su familia en 1880.

Combinó composiciones audaces con un dibujo limpio y nítido, y una luz fuerte y uniforme para crear una sensación casi heroica en sus pinturas.

Las pinturas están animadas por colores vibrantes aplicados con una técnica postimpresionista llamada "color roto" que aprendió de Henry Breckinridge, quien también fue profesor de Normal Rockwell.

Koerner murió en 1938, todavía en la plenitud de su carrera a los 59 años, de una hemorragia cerebral.


Lillian conservó intacto el contenido del estudio hasta 1962, y en 1978 el estudio fue reconstruido en el Buffalo Bill Historical Center en Cody, Wyoming.

Una curiosidad que solemos tener es ¿Qué marca de pinturas utilizaría tal pintor?


En este caso podemos saberlo por lo que se conserva de su estudio, utilizaba óleos Rembrandt

www.bellasartes.oleos-rembrandt








domingo, enero 05, 2025

Fabricación de trementina

 




La fabricación de trementina (aguarrás) a partir de pinos implica un proceso denominado "sangrado" y destilación. A continuación, se ofrece una guía paso a paso sobre cómo hacerlo:

 

Materiales necesarios:

 

Pinos (preferiblemente especies como el pino blanco oriental o el pino de hoja larga)

Herramientas para roscar (un cincel o cuchillo y un recipiente recolector)

Aparato de destilación (alambique o destilador simple)

Fuente de calor

Pasos:

 

Seleccione los pinos adecuados:

- Elija pinos sanos que tengan al menos entre 10 y 15 años de edad. Busque árboles con una buena cantidad de resina.

Golpear los árboles:

- Use un cincel o un cuchillo para hacer un corte superficial en la corteza del árbol, de aproximadamente 1 a 2 pulgadas de profundidad. El corte debe estar en ángulo hacia abajo para permitir que la resina fluya.

- Haga una pequeña ranura o canal debajo del corte para dirigir la resina hacia un recipiente de recolección. Puede usar una taza pequeña o un trozo de corteza.

Recolecte la resina:

deje que la resina supure y recójala en su recipiente. Este proceso puede llevar varios días o semanas, según el árbol y las condiciones ambientales.

Prepárese para la destilación:

- Una vez que haya recolectado una cantidad suficiente de resina, colóquela en su aparato de destilación. La resina contendrá trementina y colofonia.




Destilar la resina:

- Calentar la resina lentamente. A medida que aumenta la temperatura, la trementina se evaporará y se podrá recoger en un recipiente aparte. La trementina tiene un punto de ebullición más bajo (unos 157 °C o 315 °F) en comparación con la colofonia.

- Asegurarse de que haya una ventilación adecuada, ya que los vapores pueden ser nocivos.

Recoger el destilado:

- El primer líquido que se recoge es la trementina. El residuo sólido que queda se llama colofonia, que también se puede utilizar para diversos fines.

Conservar la trementina:

- Transfiera la trementina recolectada a un recipiente de vidrio o metal limpio y hermético. Guárdelo en un lugar fresco y oscuro.

Bidestilado 


Precauciones de seguridad:

 Trabaje en un área bien ventilada para evitar inhalar humos.

Use guantes y gafas de seguridad para proteger su piel y sus ojos.

Tenga cuidado con la fuente de calor para evitar incendios.

Conclusión:

 La fabricación de trementina a partir de pinos es un proceso tradicional que requiere paciencia y cuidado. Asegúrese de cumplir con las normas locales en materia de extracción de resina de los árboles, ya que algunas zonas pueden tener restricciones para proteger los recursos forestales.


Fuentes de Internet.

jueves, julio 18, 2024

La restauración de las Meninas.



 Fragmentos: Revista de arte nº 1, 1.984


En 1.984 el ministerio de cultura sacó una revista cultural llamada Fragmentos.

En el nº 1 (único que poseo) Manuela Mena Marqués, publicó un trabajo muy bueno sobre la restauración de las Meninas. 

Como es una revista del año 84 del pasado siglo y por tanto difícil de encontrar, reproduzco aquí aquel magnífico trabajo de quien por entonces era subdirectora del Museo del Prado, Manuela Mena, ya que es digno de ser recordado y conocido por la gente más joven que por edad no conoció el estado de Las Meninas antes de su restauración, y por su aporte al conocimiento de los materiales, pues  aquí podemos ver la importancia del barniz en las pinturas al óleo. 


















martes, julio 02, 2024

José Segrelles – tercera parte

José Segrelles – tercera parte


















 La vida de José Segrelles prosigue con trabajos de toda índole, ilustraciones para “la historia de España”, carteles, exposiciones…

En 1921 el famoso novelista Vicente Blasco Ibáñez, admirador del trabajo de Segrelles le encarga la realización de las ilustraciones para algunas de sus novelas, “los muertos mandan”, “Flor de Mayo”, “el intruso” y “La Catedral”, en total 120 ilustraciones que Blasco pagó a razón de 100 pesetas cada una, todo un dineral para la época.
Pero la muerte del escritor impidió que se publicaran las novelas ilustradas por Segrelles, pasado el tiempo, el mismo Segrelles compraría las ilustraciones a la familia de Vicente Blasco Ibáñez, por 30.000 pesetas.















C







El prestigio del pintor fue creciendo paulatinamente, y su fama se extendió incluso fuera de nuestras fronteras, siendo contratado por publicaciones foráneas como el
London News y the sketch.
En 1929 viaja a los Estados Unidos donde le espera su representante, un tal McCartney.
Ya en los Estados Unidos, concretamente en New York, comenzó a trabajar para las prestigiosas revistas Reed book, American y Liberty, las cuales le pagaron por su trabajo más de lo que solían hacerlo con el resto de los ilustradores.
Aconsejado por su representante que estaba sediento de ganancias, rechazó la oferta de trabajo que le ofreció el Saturday Evening Post, porque la prestigiosa revista solo le pagaba 150 dólares por dibujo, lo cual no era poco en esos tiempos, en mi opinión rechazar el trabajo con el Saturday Evening Post, fue un error muy grave ya que ilustrar
para dicha publicación hubiese incrementado su fama como ilustrador.

Pero el artista añora España y ese mismo año regresa a casa. Pero poco tiempo estuvo Segrelles en nuestro país, pues en 1930 viaja una segunda vez a tierras americanas a requerimiento de su representante en New York, el señor McCartney, ya que este le había conseguido unos contratos con la firma automovilística Packard, que quería promocionar sus coches de lujo.
Segrelles hizo el trabajo para la Packard con tal gama de azules que no solo consiguió un éxito total para la campaña de Packard, sino además se multiplico su fama siendo desde entonces conocido como el pintor de los azules, el “azul Segrelles” no tardo en ser imitado por toda clase de industrias, fabricantes de tejidos, de pinturas…
Nadie ha conseguido nunca unos azules como los que lograra José Segrelles, aunque
Eso es algo que solo se aprecia viendo sus originales, ya que las reproducciones de aquella época e incluso las de hoy, pierden bastante con respecto a la obra original.

De nuevo ese mismo año nuestro artista regresa a España, pero por poco tiempo, apenas dos meses, pues McCartney exige su regreso a New York, ya que tiene mucho trabajo para él.

En New York, Segrelles trabó mucha amistad con el famoso dibujante Charles Dana Gibson, famoso por sus dibujos de mujeres y del que más adelante os hablare.
También conoció a la soprano valenciana Lucrecia Bori, que por aquellos tiempos estaba considerada como la más famosa de las cantantes líricas, José, que era un gran amante de la música, estaba especialmente orgulloso de su amistad con la Bori.



En 1931 McCartney le hizo firmar un contrato de tres años con las revistas Good Housekeeping y Cosmopolitan.
Ese mismo año segrelles expone su obra en el Roerich Museum de New York,
resultando ser un completo éxito , con críticas fabulosas como las del New York Herald Tribune, New York times, Evening Post, Art Digest y otras revistas y periódicos americano e incluso españoles.
La exposición de Segrelles resulto ser más relevante en New York que la caída de la monarquía en España, y muy relevante para nuestro artista fue el hecho de ser comparado con Maxfield Parrish, siendo el español considerado como superior al famoso artista americano.
En 1932 tuvo que regresar a España, pues no podía permanecer por más tiempo en los Estados Unidos, debido a que su estancia en aquel país era de mero visitante y se le acabó el tiempo permitido, y pese al esfuerzo del embajador de España, Segrelles tuvo que marchar, pues la ley americana era inquebrantable y Segrelles no estaba dispuesto a
infringirla.

Poco tiempo después tenemos otra vez a Segrelles en New York, será su último viaje, pues el fisco americano al ver cuan famoso era aquel extranjero reparo en que su firma estaba en multitud de revistas y pensó: ¿tantos trabajos y no los declara? descubrió que
McCartney ávido de ganancias, no declaraba los ingresos obtenidos con las ventas de las ilustraciones, aquella situación atormentaba a nuestro artista, que temiendo ser expulsado de los Estados Unidos, decidió regresar a España para no terminar la carrera americana con deshonra. Fue una verdadera pena dadas las ganancias que obtenía con la
Publicación
 de sus ilustraciones en la revista Cosmopolitan y otras…

Ya en nuestro país, decidió montar su estudio definitivo en su casa de Albaida, (lo que hoy es el Museo Segrelles) y desde allí proseguiría con su labor de ilustrador de éxito, así como de pintor, realizando innumerables obras para las iglesias, y todo tipo de pinturas.

En Albaida vería pasar la guerra civil, la muerte de sus parientes queridos, y otros reveses, pero también tendría sus buenos momentos como su boda con su amada
Maria Rosa Tormo, “Rosita”.
Y tendría numerosos encargos, premios, galardones como medallas de oro, fue nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos.
No quiero terminar sin hacer mención al buen carácter de José Segrelles, hombre siempre dispuesto a ayudar a su prójimo, tanto en obras benéficas como personalmente,
El Museo Segrelles tiene una biblioteca con más de 11.000 libros y más de 5.000 tebeos
que fueron reunidos por el pintor pensando desde un principio en los niños de su ciudad.
Falleció en Albaida, a la edad de 84 años en 1969.

La obra de José Segrelles es imposible de reunir, pues consta de miles de obras dispersas en todos los continentes, espero que las aquí reunidas sirvan para dar a conocer un poco mas a este insigne artista, contribuyendo así a extender la cultura pictórica a cuantos mas hogares posibles.



Kraustex.

MUSEO SEGRELLES:

http://www.ctv.es/USERS/f.tormo/